20/12/2021

El disco navideño de Betty Glamann (y por qué importa la discografía)

En el decenio de los cincuenta del siglo pasado, cuando los equipos de grabación sonora mejoraron notablemente a la vez que los técnicos acumulaban experiencia y la liquidez de las compañías discográficas americanas permitían registrar cualquier experimento que se les ocurriera, el arpa tuvo su momento en el jazz. En la segunda mitad de la década no era raro encontrarse con nombres como Dorothy Ashby, Betty Glamann o Janet Putnam en portadas de discos —al menos las dos primeras— y en numerosas sesiones de grabación, generalmente en estudio, pero a veces también en vivo, como Glamann con la banda de Oscar Pettiford en 1957 y 58.

Glamann fue un talento precoz. A los 13 años ya estaba tocando dos veces por semana con una orquesta sinfónica en la radio (NBC). De ahí pasó a la sinfónica de Baltimore, una temporada con el excéntrico pero exigente Spike Jones, y apareció en programas de televisión con solera, como los de Garry Moore y Steve Allen. En el mundo del jazz tuvo su prestigio: su arpa se puede escuchar en A Drum Is a Woman de Duke Ellington, Jazz Contrasts de Kenny Dorham, Legrand Jazz de Michel Legrand y en el Vol. 2 de la orquesta de Oscar Pettiford (reeditado como Deep Passion).


A mitad de década grabó un par de discos de jazz, digamos que de cámara, Poinciana para Bethlehem, Swinging on a Harp con Mercury, como colíder de un combo con el bajista Rufus Smith, por el que pasaron gente de la talla de Barry Galbraith, Osie Johnson o Eddie Costa. Y años después, hacia 1967, grabó un disco navideño para la oscura Vicson Music Company. 

El disco no está mal, teniendo el cuenta el repertorio de villancicos clásicos. Con el arpa hay ecos inevitables del "Vals de las flores" del Cascanueces de Tchaikovsky, pero también hay un par de solos de piano llamativos, con unos pocos acordes disonantes (uno, cosa rara, suena a metedura de pata) en "Rudolph, the Red-Nose Reindeer". En algunos temas la sección rítmica camina con swing, aunque en "Santa Claus Is Coming to Town", se pasan al típico ritmo "groovy" de finales de los 60 más propio de Austin Powers que de Papá Noel, aunque la cosa se salva con un solo de piano empapado de blues. En el extremo opuesto, el arreglo se arrima al bebop con un guiño al "Spotlite" de Coleman Hawkins y un solo decente de trompa en "We Wish You a Merry Christmas".

Así que, ya saben, si quieren clásicos navideños bien ejecutados y que no incordien, esta es una opción. 

Ahora, el personal. La portada del disco destaca que el disco lo escribió y dirigió el renombrado arreglista y productor del sello Atlantic Arif Mardin. En cuanto a la banda, en la parte inferior de la contraportada se lee...

es decir, los típicos sesioneros, cuatro de ellos vinculados a la orquesta de Thad Jones y Mel Lewis, a saber, Dodgion, Jones, Buffington y Davis. Además, Buffington ya había tocado con Glamann en la banda de Oscar Pettiford la década anterior. Y Hank Jones y Sommer no paraban de trabajar en los estudios, como Romeo Penque, fijo de los discos de Miles Davis con Gil Evans para Columbia, uno de los pocos músicos presentes en todas las sesiones que hicieron, desde Miles Ahead a Quiet Nights. En cuanto al chelista Joseph Tekula, se le puede encontrar en varios discos de la órbita de Gunther Schuller/John Lewis/Orchestra USA.

La música es lo que es, pero costaría encontrar un plantel mejor para interpretarla.

Christmas Fantasy de Betty Glamann (LP original del sello Vicson, VI-11967) en casi todas las plataformas de streaming. Aquí está en Qobuz.

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