¿Qué tendrá el éxito de los músicos de jazz que inspira tanto odio de forma casi automática? Cualquiera que sea el mecanismo, Brad Mehldau ha logrado cierto éxito, mucho en términos jazzísticos, y como corresponde no han faltado quienes han disfrutado poniéndole a caer de un burro (y si es cierto que el aficionado al jazz medio es un hombre blanco de mediana edad, habrá que revisar la presunta superioridad de las mujeres en el cotilleo con ensañamiento y otros deportes similares).
Hoy Mehldau cumple 42. Aunque las crónicas del mundo anglosajón suelan olvidarlo, grabó su primer disco a trío en Barcelona para Fresh Sound New Talent en 1993, y dos años después, a los 25, pasó a una multinacional, Warner's (¡cómo han cambiado las cosas!) Yo le descubrí en 1997, recomendado por el veterano escriba y productor Ira Gitler, nada menos, en el Jazzaldia, el festival de jazz de San Sebastián. Poco después me mudé a Londres, y uno de los primeros discos que me compré en esta ciudad, en un mercado callejero, fue precisamente The Art of the Trio, Vol. 1. Esa fue mi última reseña en el diario local para el que escribía entonces.
La música puede aprovecharle a uno a varios niveles. En el caso de un escriba, uno puede entender el mérito de una pieza dada, también puede gustarle como a cualquier otro aficionado y, en algunos casos, puede llegar a contribuir a su salud mental. La pieza del vídeo, "Elegy for William Burroughs and Allen Ginsberg", ha sido un refugio a lo largo de los años.
Gracias y feliz cumpleaños, Brad Mehldau.
Gracias y feliz cumpleaños, Brad Mehldau.
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