Horace Silver fotografiado en 1989 por Dimitri Savitski (Wikipedia) |
Desde que allá por 2007 el bajista Christian McBride comentara de pasada el Alzheimer de Horace Silver, su fallecimiento anteayer no ha sido una noticia inesperada (tanto es así que a primeros de año un rumor en la Red tardó minutos en cobrar aires de realidad).
Se ha publicado un montón de necrológicas (como ésta) que glosan la maravillosa vida de Silver, o sea que nos saltamos hacer un nuevo resumen.
En todo caso, su legado, lo que queda después de su fallecimiento, es extraordinario. Sin ser un virtuoso del piano, su estilo era muy rítmico (atentos a esa mano izquierda, de la que son deudores contemporáneos de Silver como John Williams o Eddie Costa) y algo quebrado, como si fuera anotando ideas para futuras composiciones según iba tocándolas. Compositor prolífico y líder exigente, su música era vivaz, empapada de blues, visceral, de iglesia negra, con sentimiento.
Sólo he visto una vez a Silver en directo, en el Jazzaldia de 1996, y mientras buscaba ayer algo de música de aquello años, me encontré con el que sigue a estas líneas. Aparte del apabullante solo de tenor de Red Holloway, cuando el oyente pueda dejar de bailar y escuchar con atención, notará que esta composición es simplísima. Su núcleo son apenas dos acordes mantenidos a lo largo de varios compases, y el ritmo es tan sencillo como cualquiera imaginable de la tradición que va del Gospel al primer Rock'n'Roll. La grabación es de 1994, y aun en fechas tan recientes Silver creía necesario, inevitable, tener a su batería marcando un ritmo frenético y sin florituras durante siete minutos largos, y a sus músicos tocando e improvisando sobre la malla armónica más sencilla que cabría imaginar.
Supongo que esto es a lo que se refieren quienes culpan a la complejidad musical de la poca popularidad del jazz contemporáneo. No creo en generalizaciones, pero la verdad es que en este caso entiendo a qué se refieren. Aquí la música que imponen el líder, Silver, es lo primero y único que importa.
Descansa en paz, Horace Silver. Tu música permanece.
"Pencil Packin' Papa"
North Sea Jazz Festival 1994
Concierto en el Garden Pavillion, La Haya, Países Bajos
8 de julio de 1994
Oscar Brashear, Bob Summers, Ron Stout..trompetas
George Bohanon............................trombón
Maurice Spears.......................trombón bajo
Suzette Moriarty...........................trompa
Red Holloway...........................saxo tenor
Horace Silver...............................piano
Bob Maize....................................bajo
Carl Burnett..............................batería
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