DLM, o sea, dando la murga. Hace unas semanas les hablé de la pequeña campaña que he empezado en Facebook pidiendo que EMI y el Sr. João Gilberto se pongan de acuerdo para dar al mundo la reedición que merece la maravillosa música que grabó Gilberto en sus tres primeros elepés.
Desde entonces, algunos amigos bienintencionados me han advertido de lo difícil de la iniciativa. Que no voy a conseguir nada, me dicen.
Puede ser. Estoy muy al tanto de cómo están las cosas en la industria del disco, y en EMI en particular, y no será fácil. Pero nadie podrá decir que no será porque no lo he intentado. Me parece una auténtica desgracia que haya un montón de gente que no haya tenido ocasión de escuchar esta música en condiciones, este chispazo de genialidad que saltó, en un estudio de grabación brasileño, hace algo más de cincuenta años. Tiene la poesía de Vinicius, la musicalidad de Jobim, pero sobre todo, el compromiso total de Gilberto con la música. Dicen que es un perfeccionista, un hombre difícil. Yo diría que simplemente es un hombre poseído por la música: si observan con atención cualquiera de sus vídeos, y hay muchos en internet, notarán cómo su cara cambia de forma para ajustarse a cada una de las notas exactas que canta.
Puede que yo, o nosotros, más bien, no consigamos que EMI publique una reedición oficial. Pero no será porque no alzamos la voz.
Como dice la canción, si a alguien no le gusta esta música...
Desde entonces, algunos amigos bienintencionados me han advertido de lo difícil de la iniciativa. Que no voy a conseguir nada, me dicen.
Puede ser. Estoy muy al tanto de cómo están las cosas en la industria del disco, y en EMI en particular, y no será fácil. Pero nadie podrá decir que no será porque no lo he intentado. Me parece una auténtica desgracia que haya un montón de gente que no haya tenido ocasión de escuchar esta música en condiciones, este chispazo de genialidad que saltó, en un estudio de grabación brasileño, hace algo más de cincuenta años. Tiene la poesía de Vinicius, la musicalidad de Jobim, pero sobre todo, el compromiso total de Gilberto con la música. Dicen que es un perfeccionista, un hombre difícil. Yo diría que simplemente es un hombre poseído por la música: si observan con atención cualquiera de sus vídeos, y hay muchos en internet, notarán cómo su cara cambia de forma para ajustarse a cada una de las notas exactas que canta.
Puede que yo, o nosotros, más bien, no consigamos que EMI publique una reedición oficial. Pero no será porque no alzamos la voz.
Como dice la canción, si a alguien no le gusta esta música...
"buen sujeto no es,
está mal de la cabeza,
o le duelen los pies"
está mal de la cabeza,
o le duelen los pies"