Amy Winehouse falleció hace unos días. Mucho se ha escrito sobre los aspectos extramusicales de su carrera y su muerte, sobre los que no tengo nada que decir, aunque haya unas cuantas cosas que no entiendo.
La primera vez que la vi fue en Later, el programa de Jools Holland en la BBC 2, en 2003. Para quienes no lo conozcan, el antiguo teclista de Squeeze y actual pianista de boogie y big band presenta —brevemente— a todo tipo de bandas en directo, intercalando sus temas, en un escenario circular, de forma que cada una tiene delante a todas las demás. Con todo tipo de bandas quiero decir exactamente eso, desde nuevos artistas a viejas estrellas. En una ocasión, por ejemplo, pudimos escuchar seguidos a The Bad Plus y a Ojos de Brujo.
Una de las canciones que tocó la Winehouse en aquella ocasión, fue ésta — tenía 20 años recién cumplidos:
La primera vez que la vi fue en Later, el programa de Jools Holland en la BBC 2, en 2003. Para quienes no lo conozcan, el antiguo teclista de Squeeze y actual pianista de boogie y big band presenta —brevemente— a todo tipo de bandas en directo, intercalando sus temas, en un escenario circular, de forma que cada una tiene delante a todas las demás. Con todo tipo de bandas quiero decir exactamente eso, desde nuevos artistas a viejas estrellas. En una ocasión, por ejemplo, pudimos escuchar seguidos a The Bad Plus y a Ojos de Brujo.
Una de las canciones que tocó la Winehouse en aquella ocasión, fue ésta — tenía 20 años recién cumplidos:
Este tema y el resto de los que tocó (como este otro), me dejaron boquiabierto. Aunque sonaba poco pulida, era evidente que podía cantar, componer y que tenía un estilo a la guitarra funcional y personal (además de saberse unos cuantos acordes aparte de los habituales). Visto lo visto, también fue refrescante ver que parecía una chica normal, sin grandes preocupaciones por su imagen.
A raíz de esa actuación me compré Frank, su primer disco. El "crédito jazzístico", por así decirlo, no es algo que me interese especialmente —y tampoco entiendo muy bien por qué nadie querría hacer gala de ello— y creo que algunas de las cosas que se dicen en esta entrevista (en inglés) son verdaderas bobadas, pero oírle cantar el solo de Sarah Vaughan en "Lullaby of Birdland" acompañándose con la guitarra (con una simple combinación de bajo y acordes) como introducción de su CD, me sorprendió. "Stronger than me" viene inmediatamente a continuación, con su bronca a su novio por no estar a la altura de su condición de hombre mayor que ella, todo ello sobre una percusión programada, su propia guitarra, y un solo de trompeta al final.
"You sent me flying" es aún más dramática. Curiosamente, la melodía al final del primer verso, "... and my new Badu", parece ciertamente prestada de su admirada Erykah Badu ("On & On"), pero en la tradición del jazz se remonta hasta el "Echoes of Harlem" de Duke Ellington vía Cab Calloway y sus "hi-de-ho"s. Las letras siguen relatando historias que enganchan y aunque la batería parece entrar un poco tarde, el tema funciona y resulta uno de los puntos álgidos del disco. Por algún motivo, quizás porque dura menos de dos minutos, el siguiente tema, "Cherry", con su ritmo cuasi-brasileño y su ambiente más alegre —se "oye" sonreír a la Winehouse— está metido en el corte 2 del disco (a partir de 5:19).
Uno de los rasgos que hará envejecer a este disco son las "frituras" propias de los antiguos vinilos que se le han añadido. "Know You Now" las tiene a montones, así como un rimshot en cada tiempo del compás. Es otra canción sólida, aunque la batería resulta un poco pesada. Mucho se ha escrito sobre las influencias como cantante de la Winehouse. Una muy evidente, al menos para mis oídos, es la de Carmen McRae, y en ningún tema es tan clara como en éste. El siguiente, "F**k Me Pumps" —"las bailarinas (calzado plano) de follar"—, es un retrato agridulce, a veces divertido, y muy preciso de un tipo de mujer habitual en las noches londinenses.
En los tiempos que corren, cualquier "producto" promovido por una gran discográfica ha de tomarse con cierta precaución, pero si es cierto que la Winehouse escribía sus propias letras, su valor como escritora no era nada desdeñable. "I Heard Love is Blind", su sincera confesión de infidelidad ("pensaba en ti cuando me corrí") engancha y, musicalmente, como todo lo escuchado hasta ahora, merece varias escuchas. Dicho esto, lo cierto es que tanto "Take The Box" como "What Is It About Men" valen más por las historias que cuentan que por la música en sí.
Volviendo a la cuestión del "crédito jazzístico", a continuación llega "Moody's Mood For Love". Aunque la versión de Winehouse es más holgada que la original desde el punto de vista rítmico, es fiel al solo de James Moody. Hay quien ha criticado que escogiese este tema, pero no entiendo por qué, y el ritmo pseudo-jamaicano funciona. En cuanto a su interpretación, suena como si de verdad estuviera familiarizada con este tipo de material, y personalmente me resulta gracioso que, gracias a esta grabación, un montón de gente ajena al jazz, o sin interés por éste, haya escuchado material típico de Charlie Parker. Como expliqué en su momento, donde la letra de Jefferson dice "oh, baby, you make me feel so good..." (2:06 en el vídeo), la música es una frase recurrente de Charlie Parker que aparece en su "Moose the Mooche" (1:12, aquí); donde dice "am I insane or do I really see heaven in your eyes?", la melodía es una frase aún más recurrente: se trata de "Country Gardens", una canción tradicional ¡inglesa! que Bird solía usar como coda. Sin salirnos de la temática jazzística, el estribillo de "October Song" es la melodía de "Lullaby of Birdland", el standard del inglés George Shearing hecho clásico por Sarah Vaughan, a la que menciona.
Tras un segmento instrumental anejo a "Moody's...", al parecer titulado "Teo Licks", llega otro tema del canon jazzístico, conocido especialmente por las versiones de Billie Holiday: "No Greater Love". La verdad es que suena a relleno, por su excesiva calma, sobre todo tras la entrada de "In My Bed", con su fuerte base rítmica. Musicalmente este tema gira alrededor de la tensión entre estrofa y estribillo, que al final resulta excesiva y no llega a cuajar.
El último tercio del disco pierde algo de impulso, y sería interesante saber si es la parte con la que la cantante no estuvo de acuerdo con sus productores. En todo caso, su fuerte femineidad es uno de los temas recurrentes del disco, y resurge en "Help Yourself", construida alrededor de un riff levantado de un viejo disco de Doris Day con Les Brown.
El final del disco —de su versión británica, al parecer en otros países no se publicaron todos los temas— llega con "Amy, Amy, Amy/Outro", una víctima más de la tontería de los temas ocultos. Se abre precisamente con "Amy, Amy, Amy", una cancioncilla sobre sí misma, que termina en 4:12 y viene seguida por la voz de un presentador instando al público a abandonar una sala imaginaria sobre el fondo de una versión instrumental de "Stronger Than Me". En 5:07, y sobre el fondo de la fritura vinílica, aparece "Brother", más un obstáculo que un premio para quienes hallan llegado —por persistencia o despiste— hasta aquí, ya que, por fin, hacia 9:21 de este corte final, nos llega "Mr. Magic" uno de los puntos fuertes del CD que sería muy fácil, pero no debería, perderse el oyente. Aunque parece claro que esta versión está basada en la de Grover Washington, Jr., también es notable la huella de Carmen McRae. Su influencia, especialmente la de sus últimas grabaciones, es notable a lo largo de todo el álbum. Aquí la Winehouse, acompañada por unas secciones rítmica y de vientos muy consistentes, parece mezclar el fraseo de Washington, al que sigue de cerca, con toques de la displicencia de la McRae.
Después de Frank vi a Amy en Shepherd's Bush, y aunque aún no había llegado los excesos en pelo y tatuajes, sí se apreciaba cierto cambio de actitud. La banda que la acompañaba lo bordó, y el show estuvo bien, pero ella no agarró la guitarra en ningún momento, que yo recuerde, e insistió en dar algunos pasos de baile —actividad en la que era dolorosamente torpe—. Años más tarde llegó su segundo disco —en EE UU se publicaron en orden inverso, si no me equivoco— pero la recreación del pop sesentero que pergeñó con Mark Ronson no me resultó atractiva. Creo que tenía mucho que ofrecer como artista original, sin necesidad de refugiarse en referencias demasiado manidas al pop del pasado y las clásicas bandas de chicas. Todo el follón extramusical que la rodeó desde entonces tampoco ayudó a mantener el interés.
Descanse en paz, y gracias por la música.
A raíz de esa actuación me compré Frank, su primer disco. El "crédito jazzístico", por así decirlo, no es algo que me interese especialmente —y tampoco entiendo muy bien por qué nadie querría hacer gala de ello— y creo que algunas de las cosas que se dicen en esta entrevista (en inglés) son verdaderas bobadas, pero oírle cantar el solo de Sarah Vaughan en "Lullaby of Birdland" acompañándose con la guitarra (con una simple combinación de bajo y acordes) como introducción de su CD, me sorprendió. "Stronger than me" viene inmediatamente a continuación, con su bronca a su novio por no estar a la altura de su condición de hombre mayor que ella, todo ello sobre una percusión programada, su propia guitarra, y un solo de trompeta al final.
"You sent me flying" es aún más dramática. Curiosamente, la melodía al final del primer verso, "... and my new Badu", parece ciertamente prestada de su admirada Erykah Badu ("On & On"), pero en la tradición del jazz se remonta hasta el "Echoes of Harlem" de Duke Ellington vía Cab Calloway y sus "hi-de-ho"s. Las letras siguen relatando historias que enganchan y aunque la batería parece entrar un poco tarde, el tema funciona y resulta uno de los puntos álgidos del disco. Por algún motivo, quizás porque dura menos de dos minutos, el siguiente tema, "Cherry", con su ritmo cuasi-brasileño y su ambiente más alegre —se "oye" sonreír a la Winehouse— está metido en el corte 2 del disco (a partir de 5:19).
Uno de los rasgos que hará envejecer a este disco son las "frituras" propias de los antiguos vinilos que se le han añadido. "Know You Now" las tiene a montones, así como un rimshot en cada tiempo del compás. Es otra canción sólida, aunque la batería resulta un poco pesada. Mucho se ha escrito sobre las influencias como cantante de la Winehouse. Una muy evidente, al menos para mis oídos, es la de Carmen McRae, y en ningún tema es tan clara como en éste. El siguiente, "F**k Me Pumps" —"las bailarinas (calzado plano) de follar"—, es un retrato agridulce, a veces divertido, y muy preciso de un tipo de mujer habitual en las noches londinenses.
En los tiempos que corren, cualquier "producto" promovido por una gran discográfica ha de tomarse con cierta precaución, pero si es cierto que la Winehouse escribía sus propias letras, su valor como escritora no era nada desdeñable. "I Heard Love is Blind", su sincera confesión de infidelidad ("pensaba en ti cuando me corrí") engancha y, musicalmente, como todo lo escuchado hasta ahora, merece varias escuchas. Dicho esto, lo cierto es que tanto "Take The Box" como "What Is It About Men" valen más por las historias que cuentan que por la música en sí.
Volviendo a la cuestión del "crédito jazzístico", a continuación llega "Moody's Mood For Love". Aunque la versión de Winehouse es más holgada que la original desde el punto de vista rítmico, es fiel al solo de James Moody. Hay quien ha criticado que escogiese este tema, pero no entiendo por qué, y el ritmo pseudo-jamaicano funciona. En cuanto a su interpretación, suena como si de verdad estuviera familiarizada con este tipo de material, y personalmente me resulta gracioso que, gracias a esta grabación, un montón de gente ajena al jazz, o sin interés por éste, haya escuchado material típico de Charlie Parker. Como expliqué en su momento, donde la letra de Jefferson dice "oh, baby, you make me feel so good..." (2:06 en el vídeo), la música es una frase recurrente de Charlie Parker que aparece en su "Moose the Mooche" (1:12, aquí); donde dice "am I insane or do I really see heaven in your eyes?", la melodía es una frase aún más recurrente: se trata de "Country Gardens", una canción tradicional ¡inglesa! que Bird solía usar como coda. Sin salirnos de la temática jazzística, el estribillo de "October Song" es la melodía de "Lullaby of Birdland", el standard del inglés George Shearing hecho clásico por Sarah Vaughan, a la que menciona.
Tras un segmento instrumental anejo a "Moody's...", al parecer titulado "Teo Licks", llega otro tema del canon jazzístico, conocido especialmente por las versiones de Billie Holiday: "No Greater Love". La verdad es que suena a relleno, por su excesiva calma, sobre todo tras la entrada de "In My Bed", con su fuerte base rítmica. Musicalmente este tema gira alrededor de la tensión entre estrofa y estribillo, que al final resulta excesiva y no llega a cuajar.
El último tercio del disco pierde algo de impulso, y sería interesante saber si es la parte con la que la cantante no estuvo de acuerdo con sus productores. En todo caso, su fuerte femineidad es uno de los temas recurrentes del disco, y resurge en "Help Yourself", construida alrededor de un riff levantado de un viejo disco de Doris Day con Les Brown.
El final del disco —de su versión británica, al parecer en otros países no se publicaron todos los temas— llega con "Amy, Amy, Amy/Outro", una víctima más de la tontería de los temas ocultos. Se abre precisamente con "Amy, Amy, Amy", una cancioncilla sobre sí misma, que termina en 4:12 y viene seguida por la voz de un presentador instando al público a abandonar una sala imaginaria sobre el fondo de una versión instrumental de "Stronger Than Me". En 5:07, y sobre el fondo de la fritura vinílica, aparece "Brother", más un obstáculo que un premio para quienes hallan llegado —por persistencia o despiste— hasta aquí, ya que, por fin, hacia 9:21 de este corte final, nos llega "Mr. Magic" uno de los puntos fuertes del CD que sería muy fácil, pero no debería, perderse el oyente. Aunque parece claro que esta versión está basada en la de Grover Washington, Jr., también es notable la huella de Carmen McRae. Su influencia, especialmente la de sus últimas grabaciones, es notable a lo largo de todo el álbum. Aquí la Winehouse, acompañada por unas secciones rítmica y de vientos muy consistentes, parece mezclar el fraseo de Washington, al que sigue de cerca, con toques de la displicencia de la McRae.
Después de Frank vi a Amy en Shepherd's Bush, y aunque aún no había llegado los excesos en pelo y tatuajes, sí se apreciaba cierto cambio de actitud. La banda que la acompañaba lo bordó, y el show estuvo bien, pero ella no agarró la guitarra en ningún momento, que yo recuerde, e insistió en dar algunos pasos de baile —actividad en la que era dolorosamente torpe—. Años más tarde llegó su segundo disco —en EE UU se publicaron en orden inverso, si no me equivoco— pero la recreación del pop sesentero que pergeñó con Mark Ronson no me resultó atractiva. Creo que tenía mucho que ofrecer como artista original, sin necesidad de refugiarse en referencias demasiado manidas al pop del pasado y las clásicas bandas de chicas. Todo el follón extramusical que la rodeó desde entonces tampoco ayudó a mantener el interés.
Descanse en paz, y gracias por la música.
3 comments:
Enhorabuena, este es el único blog de los que he leído que solo habla sobre la artista y su música con justicia.Es muy elegante no entrar en sus detalles íntimos. Ojala descanse en paz
sad that Winehouse died so young, she seemed to have a lot more to give but was a tortured soul.
dj nyc
Gracias, "la de Marbella". Sinceramente no le veo ningún interés a los detalles íntimos de la vida de la Winehouse.
Thanks, DJNYC. Hope you read the English version of this entry, here.
F
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