Uno de los puntos en común entre los músicos y su público es la pasión por la música. Si no pasión, sí presencia abrumadora en nuestras vidas cotidianas. En esto del jazz, con tanto monstruo innovador y porque la historia se ha contado como si fuera una carrera de relevos en la que el testigo sería la "influencia", siempre ha interesado saber qué escuchan nuestros ídolos. Sabemos que Miles Davis escuchaba de todo, incluyendo mucho jazz —sus blindfold tests lo demuestran— o que Coleman Hawkins apenas ponía otra cosa que música clásica en casa.
Uno de esos monstruos que comentaba fue Cecil Taylor. Seguirá levantando pasiones encontradas, pero creo que estaremos todos de acuerdo en que era un pianista bestial con una integridad artística y personal inamovible.
Pues bien, en las redes me he encontrado con esta fotos, originales de Deborah Feingold:
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Taylor parece estar danzando —algo que también hacía en sus conciertos— en su "sala de música", en la que además del piano y una conga (bajo su brazo derecho), se ven un montón de elepés desperdigados, entre los que se distinguen tres portadas.
En el centro de la foto está Clifford Brown & Max Roach at the Beehive (detalles en Discogs):
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| Disponible en YouTube y Spotify |
Se trata de un doble LP publicado por Columbia con grabaciones de 1955, año en el que el propio Taylor grabó su primer disco, Jazz Advance (Transition). Su contenido es una muestra del increíble poderío de uno de los grandes combos de hard-bop, un documento indispensable a pesar de sus imperfecciones de sonido; cabe señalar que para la fecha de la foto, 1982 como pronto, Taylor ya había actuado y grabado con Roach a dúo.
A la derecha, en el atril del piano, está After Hours with Miss D. de Dinah Washington (detalles en Discogs):
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Se trata de una reedición del sello Trip de grabaciones originales para Mercury, en mono como el original, con anotaciones de Dan Morgenstern. Casualmente, también son grabaciones de mediados de los cincuenta. Su contenido son standards en desarrollos relativamente extensos, con solos instrumentales de Clark Terry, Eddie "Lockjaw" Davis, Paul Quinichette y Junior Mance, entre otros. Atención a su lectura de "Love for Sale".
Finalmente, a la izquierda, bajo el tocadiscos, se puede ver el Straight from the Heart de Patrice Rushen (Discogs):
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Publicado en 1982 y posiblemente recién adquirido por Taylor, este disco fue uno de los éxitos del año, sobre todo en la radio y las pistas de baile. Al respecto, Gary Giddins cuenta esta anécdota sobre la ocasión en la que, hacia 1968, llevó a Taylor a tocar a su universidad, Grinnell College, en Iowa.
durante una fiesta en la residencia de estudiantes, me preguntó qué discos tenía en mi habitación, así que le invité a que viniese y echara un vistazo a mi colección. Yo estaba orgulloso de mi colección supersofisticada de discos de jazz; Taylor la miró con desdén y me preguntó "¿no tienes nada de James Brown?" Me destrozó.
A sabiendas de que las fotos pudieran estar preparadas, con las portadas visibles bien escogidas, y que puede que hubiera música de fondo, uno quiere pensar, y tampoco es descabellado, que Taylor estaba bailando esto:
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