Era argentino

Compartimos mesa unas cuantas veces. Hablamos. Nos escribimos. Me publicó más de una década. Pero apenas le conocía. Era argentino.

Por avatares de la vida terminó en España. Conoció a una mina, María Antonia. Congeniaron y se unieron en algo que duraría para siempre, en contrapunto, de la misma forma en que con Charlie Parker casaba mejor Miles Davis que Dizzy Gillespie. Ben Webster y Art Tatum. El contraste como elemento cohesivo.

En persona su presencia compensaba su calvicie perpetua con creces. Era argentino. Hablaba y te dejaba sumido en una nube incierta; mi conclusión es que si te liaba era, principalmente, sin querer. Puede que yo sea un blando.

Trabajó por cuenta ajena y en algún momento lo dejó. Si fue así, lo hizo para dedicarse en cuerpo y alma a su revista, Cuadernos de Jazz. Veinte años de papel casi mensual. Ninguna revista española de jazz ha durado tanto en los quioscos. Y en internet sigue.

Era argentino.

Era argentino y quizás eso explique su iniciativa y empeño en sacar una revista en papel. A los españoles se nos olvida, acaso por la europeidad, que Buenos Aires tiene más librerías por habitante que ninguna otra ciudad del mundo. Y Cuadernos duró veinte años en papel.

Era argentino y, ahora hace 25 años, nos montó una revista de jazz con corresponsal en Nueva York. Y en Cuba. Y en México. Y en Buenos Aires. Y en Londres, un servidor.

Era argentino y no hacía alardes. Ni columnas, ni artículos. Si acaso alguna foto. Lo suyo era el trabajo en la sombra, sacar material, hubiera o no hubiera. Los malabares entre el control de calidad y completar las páginas.

Su legado son veinte años de papel y unos más de presencia en línea, con un montón de contenidos que, con sus altibajos, han elevado el nivel del debate. Su legado es haber ventilado la escena, haber ampliado el abanico de músicas para el lector, haber sumado a lo que ya se venía haciendo. Su legado es haber dado la alternativa a gente que necesita hablar de música de calidad.

Su legado también es haber conectado a personas afines, haber creado respetos, admiraciones y afectos personales que perduran.

El próximo jueves 30 se les homenajea en Clamores, a él y a Cuadernos, con sendos conciertos de Agustí Fernández con Lucía Martínez, y Joachim Kühn con Ramón López y Ernesto Aurignac. Para no perdérselo.

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Se nos amontona de héroes el panteón: acaba de dejarnos el Cifu y se conmemora el segundo aniversario del fallecimiento de Raúl. Y no hace tanto que se nos han ido Javier de Cambra, Federico García Herráiz, Xabier Rekalde, Federico González, Ebbe Traberg, Pío Lindegaard... cada uno de su padre y de su madre, gente sin demasiado interés en caerse bien, todo sea dicho. Pero héroes, por haber trabajado, cada uno en su medida, por algo que no le importa a casi nadie.

Seguimos.

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ENLACES:

• Cuadernos de Jazz
• Programa de El Club de Jazz sobre Raúl, con un audio histórico impagable.