10/12/2018

Off jazz: 12 de Ordinarius

Ordinarius —juego de palabras con el apellido de su director musical y arreglista, Augusto Ordine— es el nombre de un sexteto vocal de Río de Janeiro (Brasil).



De izda. a dcha.: Maíra Martins, Augusto Ordine, Matias Corrêa, Fabiano Salek,
Beatriz Coimbra, Mateus Xavier, Rebeca Vieira.

29/08/2018

Charlie Parker cita a Louis Armstrong

Cuando Charlie Parker y Dizzy Gillespie aparecieron en la escena del jazz, allá por 1945, mucho se habló de la presunta animosidad entre generaciones de músicos. Si bien hubo algo de ruido, digamos que el periodismo de jazz de la época prestaba mucha atención a los fans, el famoseo y el cotilleo.

Años atrás, en 1928, Louis Armstrong grabó este solo, clásico absoluto, como introducción a su "West End Blues":



Charlie Parker debió de prestar atención, ya que lo usó veinte años después, al menos un par de veces, ambas en sendos blues, una en el Carnegie Hall el día de navidad de 1949:



la otra en el St. Nicholas Arena de Nueva York (St. Nick's), un par de meses más tarde:


PD 2022-03-25: Y una tercera, el 30 de mayo de 1953 en Birdland, con Bud Powell al piano y Charles Mingus al bajo.

24/08/2018

Zoot saluda a Getz

Zoot Sims, Tião Neto y Stan Getz en el estudio A&R, Nueva York. 18/19 de marzo de 1963
(Foto de Jim Marshall. Fuente: JazzTimes)

El pasado común de Zoot Sims (a la izquierda) y Stan Getz (a la derecha) se remonta al verano de 1947, cuando coincideron en una banda informal que contaba con Gene Roland de arreglista. Este octeto, liderado por el trompetista Tommy DeCarlo y que también incluía a Herbie Steward y Jimmy Giuffre asombró a Ralph Burns, lo que a su vez desembocó en el fichaje de la cuerda de saxos completa salvo Giuffre (Herman ya contaba con Serge Chaloff en el barítono).

14/08/2018

Gil Evans, reciclando

Antes del pelotazo que supuso Miles Ahead para las carreras de Miles Davis y Gil Evans, éste iba tirando con encargos y trabajos sueltos. Como este arreglo de "Miss Brown to You" para Kent Harian, por ejemplo (el único de Evans en el disco Echoes of Joy):




Cuando se grabó el disco de Harian, en diciembre de 1956, Evans ya estaba embarcado en Miles Ahead, disco que se publicaría en octubre del año siguiente. Semanas antes, el antiguo sello de Miles, Prestige, le ofrecía a Evans grabar Gil Evans & Ten, su debut como líder a sus 45 añitos. Uno de sus temas emblemáticos es la versión de la sanguinaria "Ella Speed", con un brillante solo de Steve Lacy, y este pasaje orquestal:



17/07/2018

Jazz, mercadotecnia y cintas de Coltrane

La publicación de Both Directions at Once: The Lost Tapes de John Coltrane va a ser uno de los hitos del año en el microcosmos del jazz. Cinismos aparte, el canon tiene su razón de ser, y una música inédita del cuarteto de Coltrane, grabada en 1963, interesa a priori, sí o sí (yo llevo unos días con el disco doble en modo repetición y no me he cansado aún). Pero hablemos de cómo nos lo cuentan.

16/07/2018

Imágenes y sonido: Webster Hall, 1956

Una de las satisfacciones de investigar fotografías de músicos —cada uno se divierte como puede— son las raras ocasiones en las que pueden casarse las imágenes con sus correspondientes sonidos. En el libro The Sound I Saw ("El sonido que vi"; Phaidon Press, 2001) de Roy DeCarava (1919-2009), se incluye una preciosa colección de imágenes en blanco y negro, muchas de músicos de jazz, aunque sin ninguna información. Aun así, comprobando caras, nombres y discografías como esta, hay dos fotos totalmente identificables, tomadas en el magnífico Webster Hall, estudio habitual de RCA en Nueva York. Estas:

Tony Scott y orquesta, Webster Hall, Nueva York,
viernes, 14 de diciembre de 1956

De izquierda a derecha: Frank Foster, Danny Bank (de espaldas), Frank Wess, Sahib Shihab,
Gigi Gryce, Tony Scott; misma fecha y lugar.

14/05/2018

Citas de músicos: Carla Bley y la (im)perfección

Foto de Lauren Lancaster / NYT/Redux
“Bueno, pero no vas a llegar muy lejos en el mundo de la música sin algún tipo de defecto.”
Respuesta de Carla Bley a las protestas de perfección del difunto Lew Soloff, citada en este artículo de Ethan Iverson.

08/05/2018

Del jazz y lo sórdido

“El aspecto más peculiar de cualquier conversación en la que salga Chet Baker, es el invariable énfasis en su drogadicción y su muerte. Como si consumir drogas y caerse por una ventana fueran las dos cosas más importantes que hizo en su vida. Pero meterse heroína no convierte a nadie en una leyenda. Y cuánta importancia tiene su caída mortal en realidad, aparte de haber terminado con su vida demasiado pronto. Chet se cayó sólo una vez, mientras que su carrera profesional duró más de 40 años.”
Jeroen de Valk, en Chet Baker, His Life and Music.

¿Quién no sabe, en diversos grados de proximidad, de alcohólicos, drogadictos o maltratadores? En paralelo, ¿quién no tiene en su vida a algún imbécil, estúpido o necio? ¿Los considera personajes reseñables o transcendentes por esos motivos?

Con el jazz y otras artes se da la siguiente paradoja: si la obra de un artista logra transcender su época y su contexto, pero su biografía presenta algún aspecto escabroso, algunos humanos eligen centrarse en esto último. Así, el mérito artístico nos sirve para realzar la podredumbre personal hasta el punto de desentendernos del arte. ¿Quién pierde? Nosotros. Por bobos.

Esto viene a cuento de la pequeña oleada en la prensa española de notas sobre Chet Baker —víctima habitual de esa paradoja— por una nueva reedición (y van...) de varios de sus discos anteriores a 1962 —libres de derechos de reproducción mecánica en la UE— y la publicación casi simultánea de la traducción al castellano de la biografía de James Gavin, uno de los libros disponibles en inglés sobre Baker. Gavin escribe bien, pero no está de más señalar las críticas que se ha llevado por amarillista. Aparte de su tomo, están las memorias de Artt Frank (testimonio de primera mano, merece la pena), el tocho de Matthew Ruddick (840 pp., no lo he ojeado) y mi preferido, el libro del contrabajista holandés Jeroen De Valk. ¿Por qué preferido? Porque se centra en la música (también ha investigado a fondo, ayuda ser local y hablar el idioma, la muerte de Baker en Ámsterdam).

De lo que se ha publicado en la prensa generalista española hay mucho incorrecto, y más discutible. Qué se le va a hacer. Como decía al principio, con el jazz, como con otras artes, nos toca decidir —sin necesidad de ser excluyentes— qué nos importa más, lo sublime o lo sórdido.

Volviendo a Chet Baker, otro malentendido habitual es el presunto paralelismo entre su aspecto físico y la calidad de su música. Cierto, lo del cuarteto con Gerry Mulligan en nueve meses entre 1952 y 1953 es fundamental, pero no puede hablarse de su obra sin al menos catar sus discos de los setenta y posteriores.

Para muestra, un botón: Baker falleció en 1988. Lo del vídeo es un directo del año anterior. Según De Valk, lo mejor que hay de Baker grabado. Ustedes mismos.



Chet Baker          -     trompeta
Harold Danko        -        piano
Hein Van de Geyn    -   contrabajo
John Engels         -      batería

Tokio (Japón), 14 de junio de 1987