Hace tiempo comentamos la retorcida historia del riff de "Rhythm-A-Ning", mi estimado colega Michael 'Jazz Lives' Steinman, dijo que
ciertos riffs y variaciones están "en el aire"
lo cual es absolutamente cierto. Desde el plagio indiscutible a la "inspiración excesiva", aunque involuntaria, estas cosas pasan (yo mismo he juntado una serie de acordes preciosa, digna de Rachmaninov, porque de hecho... ya me entiende). Le puede pasar a cualquiera, incluso a un maestro de la composición como Benny Golson, según le explica aquí a otro maestro compositor, Horace Silver, aquí (Golson le cuenta a Silver que una vez se levantó en mitad de un sueño para anotar la melodía que había imaginado... era la intro de "Stardust").
Todo eso está muy bien, pero en la música popular de EE UU ha habido (espero que ya no), cierta laxitud a la hora de asignar la autoría de la música. Por ejemplo, "'Round Midnight" de Thelonious Monk. ¿Cuánto tuvo que ver con su creación Cootie Williams, aparte de haber sido el líder de orquesta que la estrenó? Eso no es más que un caso. Desde el nombre de disc-jockey Alan Freed en discos del primer rock'n'roll, al del manager Irving Mills en los de Duke Ellington, conviene mantener un saludable grado de escepticismo.
Otro ejemplo: el motivo por el que sabemos que Charlie Parker no compuso "Donna Lee" es porque cuando Gil Evans fue a pedirle la partitura para arreglarla para la orquesta de Claude Thornhill, Parker le mandó a que hablase con su trompetista, Miles Davis, que apenas tenía 21 años.
Aparte de haber marcado el principio de una hermosa amistad entre Evans y Davis, parece que Miles tomó nota de la política de Bird. Desde el "Solar" de Chuck Wayne a las aportaciones de Bill Evans en el superventas Kind of Blue, nunca le costó esfuerzo pedir prestado. Ese disco en cuestión empieza con "So What", uno de los temas más reconocibles del disco más obligado de la historia del jazz. No es más que una escala menor, pero suena a blues, suena a iglesia, es campo y ciudad a la vez.
Otro ejemplo: el motivo por el que sabemos que Charlie Parker no compuso "Donna Lee" es porque cuando Gil Evans fue a pedirle la partitura para arreglarla para la orquesta de Claude Thornhill, Parker le mandó a que hablase con su trompetista, Miles Davis, que apenas tenía 21 años.
Aparte de haber marcado el principio de una hermosa amistad entre Evans y Davis, parece que Miles tomó nota de la política de Bird. Desde el "Solar" de Chuck Wayne a las aportaciones de Bill Evans en el superventas Kind of Blue, nunca le costó esfuerzo pedir prestado. Ese disco en cuestión empieza con "So What", uno de los temas más reconocibles del disco más obligado de la historia del jazz. No es más que una escala menor, pero suena a blues, suena a iglesia, es campo y ciudad a la vez.
Pero también fue controvertido: a Oscar Pettiford, un hombre conocido por su carácter volátil, no le hizo ninguna gracia el éxito del temita, ya que, en su opinión, era obvio que se lo habían levantado de su "Bohemia After Dark", grabado en 1955 (hay una versión anterior de los hermanos Adderley, en su estreno en disco, para el sello Savoy, con Kenny Clarke de jefe). Esto es de la grabación del propio Pettiford:
Mmm... la frase en sí, los acentos del piano... Podría decirse que "So What" no es más que un jugueteo con una escala menor, por lo que podrían aparecer otras posibles fuentes. "Jordu", de Duke Jordan, por ejemplo, tampoco queda tan lejos. Este es él al piano, cuando lo grabó como "Minor Escamp", en 1954:
Kind of Blue está estrechamente unido al pianista del disco, Bill Evans. Cuando se grabó, él ya había dejado el grupo, y Miles le llamó específicamente para este proyecto; "Flamenco Sketches" no es más que una variación de "Peace Piece", y su concepto musical está presente en todo el disco. No obstante, "So What" no sólo es un riff de contrabajo, sino del contrabajista: como ha señalado Ben Givan, esa misma frase aparece en diversos solos grabados anteriormente a la grabación de Miles, como en esta versión de "Yesterdays".
Aun más significativo es lo que recuerda Mark Gridley de una conversación que mantuvo con Bill Evans cuando estaba trabajando en su célebre libro Jazz Styles:
Bill Evans me dijo que [Gil] Evans y Davis habían comentado algunas ideas para la sesión de Kind of Blue en casa de Davis antes de la fecha de la grabación, pero que Davis no tenía claro qué quería hacer exactamente. Davis tenía en mente hacer algo con modos, pero eso era todo. El modo dorio en Re era uno de esos modos, y cuando la banda al completo se presentó en la sesión, sugirieron que Paul Chambers hiciera algo con ello; Chambers compuso la melodía con el contrabajo, y se convirtió en "So What."
Al César lo que es del César. Lo que resulta indiscutible es el talento de Miles Davis para rodearse de talento.
***
PD (28 de mayo de 2013): Retrocediendo unos pasos al disgusto de Oscar Pettiford por lo que consideraba un plagio de su "Bohemia After Dark" por parte de Miles Davis, sabía que me estaba dejando algo en el tintero. Nicolás Peña, locutor y director del programa de radio La Quinta Disminuida, de La Paz (Bolivia), me ha escrito hoy apuntando la respuesta musical de Pettiford a Miles, "Why Not? That's What!", grabada tres meses antes de su muerte, en octubre de 1960.
Me pasé por el website de Hans-Joachim Schmidt (que es lo que uno hace para cualquier cosa relacionada con Pettiford) y, curiosamente, cita a Pettiford al respecto (la cursiva es mía):
"el título contiene un mensaje para Miles de parte de Paul Chambers y de la mía propia."
con lo que puede ser que se esté refiriendo a la autoría del tema por parte de Chambers. En todo caso, ahí queda eso.
Y sí, señores, desde Bolivia. Que no se nos olvide que esta música es verdaderamente internacional.
Y sí, señores, desde Bolivia. Que no se nos olvide que esta música es verdaderamente internacional.
1 comment:
Antes que nada quiero agradecer a Fernando por permitirme usar sus textos y análisis musical en un futuro programa de La Quinta Disminuida. Ese PD añadido por Fernando no es otra cosa que la comprobación de que el objetivo de la música es poder ser compartida y que además somos unos enfermos apasionados por cada nota, cada historia, cada anécdota, cada músico y cada estado de ánimo que produjo esa magia llamada jazz.
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